Monumento
al cantero
Escultura homenaje al cantero Macaelense elaborada en 1976
El eje central de este homenaje-monumento al cantero es un busto, esculpido en un bloque de mármol, situado en la confluencia de dos calles. Esta escultura se ubica en una plaza semicircular de mármol blanco, en cuyo telón de fondo podemos apreciar cuatro maravillosos bajorrelieves realizados a mano por diferentes artesanos del municipio. Exteriormente el recinto se delimita con una bellísima baranda de mármol blanco con columnas cilíndricas torneadas que aportan continuidad y armonía a todo el conjunto.
Bajo el busto destaca una inscripción que se adorna con una orla de laurel, un mazo y un puntero, símbolos del cantero además de una poesía:
Tú arrancas brazo y alma cada día,
Latido a la sierra noble y fuerte
Luchando a dentelladas con la vida,
Ahuyentas los susurros de la muerte.
El viento de esperanza, gris y blanco,
Se esconde por la altura desdentada,
Herido por el hierro de tu brazo
Y ahogado por la sed de tu constancia.
Detén por un instante tus labores
Espada de las rocas seculares
Y el gesto sufridor, sencillo y noble Al alcance de lo recóndito del aire.
Y así, águila al fin sobre la altura,
Cansada la mirada, el horizonte recibe tu frente La bravura y cante la grandeza de tu nombre.
Que tuya esa parcela de la gloria Forjada en el calor de tu quebranto Porque es de tus esfuerzos la victoria
Porque eres tú, cantero, el oro blanco.
Tú arrancas brazo y alma cada día,
Latido a la sierra noble y fuerte
Luchando a dentelladas con la vida,
Ahuyentas los susurros de la muerte.
El viento de esperanza, gris y blanco,
Se esconde por la altura desdentada,
Herido por el hierro de tu brazo
Y ahogado por la sed de tu constancia.
Detén por un instante tus labores
Espada de las rocas seculares
Y el gesto sufridor, sencillo y noble Al alcance de lo recóndito del aire.
Y así, águila al fin sobre la altura,
Cansada la mirada, el horizonte recibe tu frente La bravura y cante la grandeza de tu nombre.
Que tuya esa parcela de la gloria Forjada en el calor de tu quebranto Porque es de tus esfuerzos la victoria
Porque eres tú, cantero, el oro blanco.